Descripción
“En algún lugar, algo increíble espera ser descubierto” (Carl Sagan)
En cada libro, un pedacito del árbol que sobrevivió a la bomba en Hiroshima, te espera lleno de eternidad, bajo la mirada amparadora del maestro Herbert Diehl. Una visión poética del maestro árbol y del árbol maestro, entrelazando sus historias a través de una poética abrazada a palabras y a imágenes. Un libro despojado, deshojado, tenue pero rotundo.
Herbert Diehl
Solamente seres como el maestro Herbert Diehl logran ser héroes cotidianos, Ulises cercanos que superan todas las pruebas del destino como si fuera fácil. Un líder natural, de esos que cuando se los convoca siempre están disponibles, y reparten sonrisas, bromas y esa erudición juguetona y amorosa, amparando sueños infantiles para hacerlos posibles. Formó artistas que diseminaron su talento por todo el mundo. Pero, en realidad, lo que formó fue un modo de encarar la vida, abrazarla y hacer amistad con ella para siempre. Aquel adolescente tocando el piano mientras bombardeaban Alemania se fue transformando en un maestro atemporal. Inolvidable y perenne.
El Ginkgo Bilova
“Dicen que sus hojas de abanico alivian el asma, el dolor de cabeza y los achaques de la vejez. Y está probado que esas hojas son, también, el mejor remedio contra la mala memoria. Cuando la bomba atómica convirtió a la ciudad de Hiroshima en un desierto de negrura, un viejo ginkgo cayó fulminado cerca del centro de la explosión. El árbol quedó tan calcinado como el templo budista que el árbol protegía. Tres años después, alguien descubrió que una lucecita verde asomaba en el carbón. El ginkgo muerto había dado un brote. El árbol renació, abrió sus brazos, floreció. Ese sobreviviente de la matanza sigue estando ahí.”
Eduardo Galeano
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